Una suerte de metáfora visual donde confluyen varios discursos (erótico, teatral y en los que ofrece también una segunda vida a objetos comunes), es la propuesta del artista Moisés Finalé en su próxima su exposición que tomará durante un mes el espacio de Máxima Estudio Taller (calle Monserrate, esquina Tejadillo), a partir del viernes 27 de septiembre.
Más de 10 obras conforman la muestra que resulta también una especie de mapa para descubrirlo en sus más heterogéneas esencias. Tal y como lo describe el crítico de arte y curador Nelson Herrera Ysla en las palabras del catálogo, Finalé se muestra “ajeno a tendencias de moda, a los impulsos demoledores del mercado, construye un universo variado de propuestas artísticas en las cuales los materiales empleados aparecen sin afeites o exquisiteces. De ahí su alto grado de honestidad y franqueza”.
El día escogido para inaugurar la exhibición que lleva por título Finalé Mundos no es casual, el creador celebrará su cumpleaños rodeado de amigos y admiradores de su arte, pero lo fundamental es que ofrecerá otra prueba de sus manos privilegiadas y talento para mezclar culturas, deidades, estilos, formas y colores, como parte de un todo orgánico y dinámico que es la creación misma y sus avatares.
Para entender los mundos de Finalé es necesario adentrarse un poco en su vida, en sus viajes, en sus aspiraciones y desvelos. En sus pinturas explora caminos ligados a lo bidimensional, lo tridimensional, cerámicas y otras pasiones. Es evidente el legado de maestros como Wifredo Lam, Julio Girona, Jesús G. de Armas y otros artistas.
El espectador podrá ver piezas de distintos años (todas a partir de los 2000), para ser leídas, analizadas y que sirvan para acrecentar el gusto por el arte cubano. Una pluralidad constante se advierte en sus obras, desde el mismo momento en que al entrar por la puerta de Máxima los formatos varían al igual que las intenciones.
En algunas pinturas convergen diversos discursos donde resulta más complejo descifrarlo, mientras en que otras el diálogo es más accesible, directo, empático. Así veremos sus enigmas, siempre con la intención de abrir el diapasón cognitivo en las miradas de terceros y no quedarse estático ni lucir predecible.
La ruta para acceder a Finalé Mundos ya está trazada: calle Monserrate, esquina Tejadillo, Máxima Estudio-Taller se encuentra listo para hacerte crecer desde el arte cubano.