Una creación siempre feliz

Alberto Lago-Love journey.
Alberto Lago-Love journey.

Por: Nathalie Mesa Sánchez

La obra de Alberto Lago, desde una perspectiva personal, no deja de recordarme los momentos más felices de mi infancia. Si pudiera describir con arte, esa etapa de mi vida, sin dudas las piezas de Lago, por su colorido, armonía, equilibrio y la alegría genuina que presenta, serían las más oportunas para ello. Al conocer que expone hoy en Máxima Estudio-Taller, me dio la oportunidad, no solo de una mirada personal, sino de saborear su arte con un criterio de especialista.

“El gran despertar”, no pudo ser mejor título para esta muestra. Cada pieza denota una magia procedente de la descomposición cromática y la presencia permanente y ruborosa de la luz, que despierta, alegran y producen alivio, ánimo y excitación. Es recurrente en su obra el uso de tonos fluorescentes, que unido a la perspicacia y al genio del artista, cautiva y posibilita gran fuerza expresiva.

Tal vez no somos capaces de identificar algún referente en cada cuadro. No me inclinaría a pensar que existe alguna imagen fotográfica por la cual el artista se haya orientado para crear sus piezas. Abogo mejor porque las pinturas de Alberto Lago no tienen más referencias que las del propio subconsciente, y que volcó en su creación experiencias personales y colectivas, en las que la felicidad se traduce sobre el lema de que el amor es la más bella respuesta. Sin embargo, muy cercano se ubica al camino de la pintura psicodélica de los años 60; y no muy lejano está del onirismo de los surrealistas, en donde la creación es dominada por el subconsciente. De estos últimos, Lago transforma sus pensamientos de lo absurdo e impulsivos, en más racionales y sensatos.

El arte de este creador es de esos que agradan a todos. Su encanto también habita en la presencia de, a veces, elementos figurativos, y en ocasiones de abstractos, los que permiten inventarnos historias diversas dentro de un mismo cuadro. Si pudiéramos convertir su creación en un signo gramatical, sin dudas le otorgaríamos el de admiración o exclamación. Es tan sorprendente su vivacidad que es lo que llamaríamos una pintura siempre feliz.

Cuando visitemos de manera virtual, “El gran despertar”, de Alberto Lago, nos quedaremos con tantas sensaciones positivas que habremos comprobado, una vez más, que no hubiésemos podido vivir sin arte, en medio de esta pandemia.

Tomado de Tribuna de La Habana

Enlace de la exposición https://www.artsteps.com/view/5f4d56e2a05bb3089505d265