La impronta de Pedro de Oraá en las artes plásticas de Cuba puede medirse por la cercanía y el intercambio entre los artistas con la obra del Premio Nacional de Artes Plásticas en 2015.
Más allá de los defensores del arte abstracto, varios pintores reconocen la influencia directa o indirecta del trabajo de Oraá y el Grupo de los 11 del cual formó parte, en el desarrollo de su carrera.
De este, la especialista y Doctora en Ciencias sobre Arte Carina Pino Santos, rememora en un texto publicado años atrás el surgimiento de este movimiento marcado en gran medida por el abstraccionismo:
“Solo fueron una exacta oncena de artistas en una exposición: “Once pintores y escultores” en La Rampa (18 al 28 de abril de 1953), en la que el crítico Texidor los marcara con el nombre que los identificaría”.
Con Moisés Finalé conversamos en Máxima Estudio-Taller para conocer sus impresiones a raíz de la noticia del fallecimiento de Oraá esta semana, así como los aspectos que más llamaron su atención dentro del trabajo del reconocido pintor, poeta y diseñador.
“Para todos los de mi generación la obra de Oraá es importantísima pues por primera vez, junto con el Grupo de los 11, comienza a llegar la abstracción, en particular la abstracción completa, que trajo grandes cambios en la pintura cubana, alrededor de los años 50”, comenta Finalé.
El propio Pedro de Oraá hace ejercicio de memoria al respecto:
“Es la conciencia de ese hecho, la sensibilidad de esa expresión, y no otra cosa, lo que motiva finalmente a los jóvenes integrantes de Los Once a una autodefinición, a despejar diferencias internas y externas entre ellos y acoger el expresionismo abstracto con plena madurez de posesión. El grupo se disuelve en 1955 y da lugar a otro equipo, reducido pero compacto en su ejercicio y sus propósitos”.
Finalé tuvo la suerte de conocer y compartir en ocasiones no solo con Oraá, sino con casi todos los integrantes de ese grupo: “Antonio Vidal, Francisco Antigua, profesores míos, Fayad Jamís… a Cárdenas el escultor tuve la suerte de conocerlo en la etapa que viví en Francia. Fue una generación junto con Oraá que marcó grandes cambios en las artes plásticas cubanas”.
“Una de las cosas que más admiro en su trabajo es la pureza de la línea, el dominio y posicionamiento del color en la composición de los cuadros, en Oraá era un aspecto remarcable. Sabía ubicar en el espacio exacto donde tenía que ir cada forma, cada color, fue algo que me impresionó siempre de él”, añade el artista del catálogo de Máxima.
Los principal de aquel movimiento lo resume el propio de Oraá en entrevista con Pino Santos, artista a quien recordamos hoy y siempre que se habla no solo de arte abstracto, sino de las artes plásticas en Cuba:
“Considero que la abstracción está viva, no ha muerto, tiene una vigencia extraordinaria y tiene que ser así porque es la experiencia más original del arte del siglo XX”.
27/8/2020