No es momento de celebrar el primer año de Máxima Estudio-Taller con las luces que merece. El mundo agoniza y son tiempos de aislamiento social, de consumir noticias, arte y cultura en las redes sociales y aprender. Justo este sábado 11 de abril, nuestra galería cumple su primer año de existencia, de alzarse como un espacio para la promoción del arte cubano en sus diferentes posibilidades y esencias.
Ahora recordamos aquel 11 de abril del 2019, en el contexto de la XIII Bienal de La Habana, como el día que marcó el destino de la galería para siempre. Sí, porque en esa ocasión abrimos las puertas con un maridaje entre artistas consagrados y otros jóvenes en ascenso. Luces fue la primera exposición, donde pudo verse obras de Juan Suárez Blanco, Jorge López Pardo, Douglas Pérez Castro, Rafael Villares e Irving Vera, y donde estuvieron presentes, también, el Premio Nacional de Artes Plásticas Pedro Pablo Oliva, así como el afamado coleccionista español Luciano Méndez, junto a reconocidos críticos de arte y otras personalidades.
En Máxima siempre habrá espacio para el arte cubano contemporáneo de calidad y excelencia, para crecer desde el pensamiento, para la creación misma. Somos un equipo pequeño, es cierto, un grupo de trabajadores testarudos que no entienden de noches de sueños, de lluvia y de frío. El arte debe prevalecer sobre todas las cosas, nos afirma una y otra vez la directora de la galería, Yaiset Ramírez. “Máxima es una fuerza, no te puedo explicar de dónde sale, el arte es una manera de vivir”, han sido sus palabras durante estos 365 días.
A la exposición Luces, le siguió la muestra personal del creador Moisés Finalé titulada Finalé Mundos, que se extendió por el tiempo pactado de cada exhibición, gracias a su buena acogida. Luego, Juan Suárez Blanco inundó de arte abstracto y conceptual las paredes de nuestro Estudio-Taller con Contrapunto, una exquisita muestra de formatos y expresiones alegóricas a diversos momentos creativos del también escultor, profesor y poeta.
Como la infancia es uno de los momentos más felices en la vida del hombre y los pequeños brindan tanta alegría, decidimos trabajar con niños como parte de nuestro perfil social. Hasta la fecha, los niños del proyecto Farmacia, de Pinar del Río, así como de dos casas sin amparo familiar en La Habana han visitado Máxima y aprendido de sus artistas.
Vendrán un sinfín de exposiciones para acoger al público de todas partes del mundo, para hablar de arte cubano (esas charlas interminables que tanto extrañamos). Por el momento es tiempo de quedarse en casa y de algo no les quede la más mínima duda: volveremos con más arte cubano para embellecer sus días.