Ernesto Estévez: el conocimiento tras el ensayo y el error

Ernesto Estévez en Galería Máxima
Ernesto Estévez.

Como pintor Ernesto Estévez es un ser espiritual, alguien que busca el paisaje ideal dentro sí mismo y, aunque sabe que quizás no existe, jamás renuncia a seguir tras el hallazgo o el escenario que lo haga feliz desde la pintura.

Un artista con previa formación como espeleólogo y fotógrafo de ambientes naturales tiene altas probabilidades de ser un soñador, un aventurero empedernido. Sus ojos han visto lo que miles de hombres jamás imaginarían tener delante y esas propias experiencias han sido fundamentales para no darse por vencido en momentos complejos, cuando aún no lograba una obra exquisita y exótica como la que ha presentado durante hace años.

¿Por qué el paisaje para expresarse?

Ciertas circunstancias en la vida nos van condicionando en nuestra forma de pensar y sentir. En mi vida fue así también. Desde muy joven me involucré con la fotografía, con la naturaleza, pertenecía a un grupo de espeleología y hacíamos constantemente visitas al campo y hacer fotografía en las cuevas.

Fueron muchos años los que me dediqué a esta tarea, en lo que fui también desarrollándome como fotógrafo y, vamos a decir, ecologista. Esto fue quizás condicionando mi vocación, porque la pintura llegó después como algo espontáneo casi.

A medida que fui dejando de ir a esta actividad espeleológica por mi propio trabajo (era fotógrafo), empecé a buscar en la pintura ese refugio y para expresar la necesidad que tenía de estar en los ambientes naturales era mi obra.

¿Cómo lograr apegarse tanto a la realidad del paisaje?

En realidad, no hay muchos misterios en eso, la técnica del artista es un proceso de maduración de años. Las primeras obras que realicé al óleo eran caricaturas prácticamente y con el tiempo uno se va perfeccionando, va aprendiendo de otros artistas que saben. Trabajo con varias capas de pintura como base, trato de preservar los colores blancos para que se mantengan brillante después en la escena. Parto de los colores primarios, no tengo una paleta muy amplia de otros colores, parto del azul, el rojo, el amarillo, el blanco y de ahí creo todas las mezclas y logro los colores oscuros, profundos. Busco el azul ultramar, el azul cobalto, el azul prusia para lograr tonalidades muy oscuras.

Voy trabajando veladuras también en las obras, a veces en los mismos cielos, voy dándole capas de veladura, con capas de barniz. Por ejemplo, este tipo obra (refiriéndose al paisaje de fondo en la entrevista) son a veces casi tres, cuatro meses de labor que lleva. No son obras que se pueden hacer en poco tiempo por la cantidad de procesos que lleva.

¿A quiénes tiene Ernesto Estévez como referentes en el paisaje?

Imagínate, Tomás Sánchez, Valentín San Carta también me influyó mucho, así como Domingo Ramos y otros artistas como Raymundo López, a quien conocí en ese ambiente de la espeleología, de la naturaleza. Él ya pintaba paisajes cuando yo lo conocí. Fue mi primer referente, me gustó mucho su obra y aprendí de él.

 

                                       Paisaje de Ernesto Estévez al que se refiere en la entrevista.

 

¿Cuán complejo es perfeccionar la técnica para un pintor autodidacta?

En el caso de ser autodidacta pasas el doble del trabajo, porque realmente el conocimiento te viene tras el ensayo y el error, entonces quizás tienes que invertir mucho más tiempo. A pesar de que tuve amigos que me pudieron orientar en esos primeros pasos, llegar a este nivel de realismo y detalle fue una carrera que realmente emprendí solo.

Tratar de que mi obra cada día fuera un poco más compleja, en cuanto a técnica, a profundizar mucho más. Me llevó bastante tiempo, te exige bastante atención, estar bien enfocado en lo que estás haciendo, dedicarle muchas oras de estudio, de trabajo. Básicamente fue eso.

Fue trabajoso, aunque uno lo disfruta. En cada obra sientes que aprendes, que cada obra es una escuela y cada vez que terminas se siente la satisfacción de que aprendiste algo nuevo dentro de la pintura.

¿Cómo son los ritmos creativos de Ernesto Estévez?

Yo ahora estoy un poco indisciplinado con la pandemia, porque perdí mis ritmos de trabajo. Tenía mi estudio en Santa Catalina un mes antes de que empezara este tema, tenía allí un alquiler y tuve que abandonar el alquiler. Ahora con la pandemia estoy con los niños en la casa, he perdido un poco la disciplina y la constancia de un horario estricto. En el estudio empezaba desde las 8:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. más o menos.

¿Qué obsesiones pictóricas lo han acompañado durante años?

 Creo que todo artista debe tener esa obsesión, la mía está en la evolución como artista. En el caso de mi obra, aunque puedan parecer realistas, por ejemplo, esta obra que tengo detrás el paisaje este no existe, así como lo ves.

Uno busca el paisaje ideal dentro de uno mismo ¿entiendes? Es la sensación de un explorador. Yo me imagino que eso mismo sintieron los exploradores cuando llegaron a las Américas, que se maravillaban por un mundo tan exótico, buscando lugares nunca vistos, reconocidos.

Quizás a mí me pasa lo mismo, es una exploración continua dentro de mi ser buscando el paisaje ideal, perfecto, que sabemos que no existe, solamente puede estar en nuestro espíritu, alma, como un deseo de búsqueda innata en cada ser humano.

Publicado 9/08/2021